lunes, 29 de noviembre de 2010

Palomas

La ciudad, finalmente, se está preocupando porque se nos están muriendo las palomas.

Y  es que las cosas han cambiado. El miedo ha vuelto desiertos los parques, y un poco rotos los sueños. Salir con los niños a pasear es impensable; primero, porque los niños ya no son niños, y para hacer que una paloma se les acerque piden el control remoto demasiado convencidos de que así debe ser. Además el plomo no está para menos: irresponsable sacar a los peques sin chaleco antibalas, sin saber qué hacer ante un granadazo, o sin seguro de vida que haga menor la pena en caso de.

Incuso los que ya no tienen mucho miedo a perder la vida, de tan poca que queda, se han marchado a bien morir viendo animales en TV de paga; obvio, pagada por unos hijos que hace dos meses no ven. La riqueza de un pueblo se reconoce por la forma en que cuida a sus niños y respeta a sus ancianos, y vamos, los viejos ya se la piensan dos veces: llegar al parque es un riesgo, con tanto Nini con urgencias deambulando por ahí, complementando su ración matinal de Grand Theft Auto con un poco de real stuff. Además, ¿a qué ir al parque? Los viejos ya no les dan migas a las palomas: ya muchos viejos sólo tienen eso, migas, para comer. Es más, es verdadero porque salió en El Norte: En la plaza de La Purísima se vio a una paloma pudiente, dándole migas a unos viejos.

El gobierno ha escuchado, sensible como siempre y convenenciero como nunca, creando un patronato donde el patrón es demasiado joven e hijo de no sé quién; 40 funcionarios de alto nivel, manejando pura información confidencial, deciden la estrategia para librar a las palomas de su miseria, de su éxodo: llenan la ciudad de imágenes “¿Qué has hecho tú, por nuestras hermanas las palomas?”, y una evocadora foto del Papa, ese que el mundo sí quería de verdad, soltando una paloma blanca ante la mística y diáfana mirada del Sr. Gobernador, ese que se sigue ganando el descariño de todos.

Lo que nadie sabe es que las palomas son poliglotas empedernidas; entienden español y saben leer, además del cuguuu-cuguu, que en idioma paloma significa “¡Ya valió!”. La líder de la Asociación de Palomas de Monterrey A.C. (registro en trámite), sentenció:

“Vámonos a otra parte.  Aquí ya hay tanta mierda, que nadie valora nuestra aportación al mundo.”

Cuguu-Cuguu.

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