El milagro de estar vivos
nos desnuda
es como ir a una orilla de breve inconstancia
páramo y refugio lleno de flores parlantes
que dicen todo el amor que invocan
me tiende una emboscada tu aroma
muero entre latidos desaforados
y arrítmicos suspiros nocturnos
nuestros cuerpos de pronto amigos íntimos
aficionados a un susurro que invita a la verdad
que cuenta una delicia que gotea
y un sueño que se derrama
en tu rostro que me mira sin prisa
se albergan los presagios más insospechados,
tus labios me reclaman, sin dar tregua,
y nuestra concurrencia de deseos
simplemente se deja ser
porque no hay segundo qué perder
ni tacto que espere a mañana
ni beso que siendo prohibido
no se de
nos hace atemporales
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