Ando con los sueños postreros
los besos sin destinatario
y los labios sin dueño
es la maldita costumbre muriéndose
la que se adueña de mis manos
de aquello que pienso
de aquello que me dimensiona
nadie me previno de tu embrujo
de que el pudor era cansancio
y que el amor era agonía
con breve olor a muerte
heme aquí, plagiando mis promesas
sabiendo que te fuiste
gritando a mi vacío
escuchando mi propio eco
ando con mi sexo sólo mío
los poemas muertos
perdiendo y encontrando
la forma de mis ganas
traigo las esperanza aún puesta
el amor aún empeñado
ilusamente, a favor de mi asesino
miércoles, 2 de junio de 2010
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