lunes, 7 de diciembre de 2009

(19/19) Aburrido

Temporada 1 – Episodio 4 – Entrega 19.



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28

Cuando vi que de cierta forma Vanette estaba disfrutando la cera caliente que escurría y se le estancaba en la entrada de su ano, me corrí en una explosión de placer inmenso. Por supuesto, con el primer chorro apagué la vela, y con el resto dejé al culo embetunado de Vanette como un panecillo glaseado. Entonces le pregunté que para qué había hecho que Margo se llenara de betún el trasero.

Las dos me miraron como si yo fuera un ingenuo. Luego comenzaron a gritar las dos «Mordida, Mordida, Mordida.» Yo no tuve más remedio que dar mordida al pastel, representado por el trasero embetunado de Margo.

Cuando me acerqué a dar la mordida ella me empujó la cabeza y me manché de betún. Obviamente, Vanette aprovechó para tomarme una foto con su móvil, en donde aparecía yo con mi cara llena de betún, con lo cual se podría demostrar que efectivamente hubo fiesta.


29

Vaya cumpleaños. Mi plan original era quedarme solo, festejándome a mí mismo, comiéndome mi pastel y durmiéndome temprano. Pero como siempre, nada me sale como yo quiero.

Llegaron Margo y Vanette a arruinar mi velada, así que no tuve más remedio que ver cómo se corrían una encima de la otra, cómo me chupaban la verga, cómo brillaban cubiertas de sudor, cómo le daban a mi verga la bienvenida por sus culos, para luego, como cereza del pastel, terminar apagando mi pobre vela de cumpleaños con un chorro de semen vertido en el culo de Vanette.

Insisto ¿Por qué nada me sale bien? ¿Por qué a mí no me pasan cosas entretenidas ni el día de mi cumpleaños?

Si me preguntaran mañana cómo pasé mi cumpleaños la respuesta sería sencilla: Pésimo. Y es que llegué cansado de un viaje, todos mis amigos olvidaron la fecha, excepto dos amigas que llegaron a mi casa para felicitarme; tuve una fiesta de cumpleaños común y corriente en la cual me cantaron Las mañanitas, apagué velitas, pedí un deseo, le di mordida al pastel, me embarraron de betún y me tomaron una foto para ponerla en un álbum que por cierto no tengo ¿tiene eso algo de interesante? Pienso que no. supongo que todo el mundo se pasa el día de su cumpleaños de esa aburrida manera.

Meditaba mi desdicha mientras veía cómo Margo se comía todo lo que Vanette tenía en el trasero, y viceversa. Al final las dos dijeron que tenían hambre. Qué mala suerte el no haber preparado chili dogs o algo.

Margo y Vanette estaban aún desnudas en la sala de mi casa cuando alguien tocó a mi puerta. Eran mis amigos Eric, Mike, Paco, Braulio, Arturo, Jerry, Agustin, y el Pibe. Los dejé pasar. Vieron a las muchachas en el estado en que se encontraban y automáticamente sus vergas se endurecieron.

Con intenciones que claramente podría adivinar comenzaron a sacarse la verga del pantalón y las empezaron a rodear. Aunque los lobos eran más en número, yo sabía perfectamente que las dos blancas ovejas que estaban al centro terminarían por devorarlos sin problemas.

«Sólo diles que quiero llegar virgen al matrimonio. Que conmigo sólo es por el culo», le dijo una irreconocible Margo a Vanette. «No te preocupes. Son unos caballeros», le respondió la francesa.

La fiesta siguió toda la noche cabe aclarar.


30

Margo amaneció amarrada a las esquinas de mi cama, con los brazos y las piernas extendidas y abiertas, boca abajo; Vanette retoza con cara de angelito, recostada entre sus piernas. Una de las manos de Vanette está dentro del culo de Margo. Un cuadro tierno, la verdad. Ambas parecen un par de querubines dormidos después de una lluvia de semen.

Escribiría con detalle qué pasó pero seguramente no tiene caso escribir cosas tan aburridas relacionadas con la historia de una velada tan trivial como ordinaria. Lo que quiero decir es que he tenido mejores fiestas de cumpleaños.

Glenda mi asistente, a la que fastidio cada que puedo, estará por llegar a trabajar cargando el chocolate caliente con vainilla que siempre debe traer por las mañanas si es que quiere verme de buen humor; a mí no me importa si  se desvela y alguno de mis encargos especiales provoca que haya tenido que golpear a alguien y que aún traiga sangre en las manos, un poco de sesos, o la clavícula un poquito quebrada: mi chocolate matinal es mi chocolate matinal, y debe llegar con él.

La verdad, no me importa que vea a todos mis amigos desnudos y tirados como perros envenenados, y a mis amigas tan plenamente cogidas. Si siguen ahí cuando llegue tendrá que despertarlos y ayudarles en lo que se les ofrezca para que se reincorporen y se larguen.

Lo que sí me preocupa es que me vea sin rasurar por la mañana. Pensaría que soy un descuidado.



Siguiente entrega: Nuevo episodio: Desi enfrenta la crisis de los 30 con estilo.

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