martes, 3 de noviembre de 2009

(11/20) Pastillita

Temporada 1 – Episodio 2 – Entrega 11.



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13

ManoloAlone Le dije que mi obra fotográfica se basaba en la honestidad del ser, y que no existían elementos triviales que se pudieran obviar. Era necesario plasmarlo todo. Ella comprendió.

En ese momento fui por mi cámara fotográfica digital de alta resolución y por mi pastillita mágica, esa que me ayuda en lograr buenas imágenes de mi propia erección.

Me tomo la tableta en sus narices, pues es algo así como el alma de mi verga. Lo hago frente a ella, primero, porque no me avergüenza, y segundo, para que entienda que me estoy preparando para cogérmela. Algunas de mis amigas ven con recelo que la tome, pues suponen que algo malo pasa conmigo. Yo les explico que a mi edad es tan normal como tomarme una aspirina. Ese escrúpulo tonto del qué dirán murió hace mucho: hago lo que tengo que hacer, llevo una vida sana, hago ejercicio, no tengo vicios, odio el alcohol en exceso, las drogas y el tabaco, y me apoyo en medicamentos confiables que mi médico me ha aprobado —pues nunca me automedico—; ellas ven el resultado y me agradecen lo que hago por mí, en parte porque saben que no tengo otro motivo para medicarme que el placer que les quiero causar con mi erección nivel 4 de Goldstein.

A algunos hombres les da pena ir a comprarla en la farmacia. Les preocupa lo que pueda pensar la vendedora, que sospeche que la verga no les funciona. A mí me funciona de maravilla, pero me la tomo porque soy un hombre extremo y siempre deseo lo máximo de la vida. No me conformo con tener una muy buena erección, si puedo tener una fabulosa y rica erección muy duradera. Soy un hombre maduro, y lo que pueda pensar de mí la vendedora me vale madres, si lo comparo con lo que va a pensar de mí la mujer a la que le voy a hacer el amor con una verga muy tiesa y muy dispuesta durante el rato que ella necesite para correrse sin interrupciones. Mis amigas me han dicho que no hay nada más decepcionante que sentir acercarse a un orgasmo explosivo, de esos que rara vez tocan la puerta, y que la verga que la intenta provocar se ponga flácida en el peor momento, dejándolas a medias.

Mi pastillita mágica es una droga que causa un efecto benéfico, y no hay nada de malo en ello. Tarda cuarenta minutos en hacer efecto, pero yo en lugar de verlo como una desventaja en aras de la prontitud, lo miro como una oportunidad de acumular mi excitación. En lugar de dedicárselo a mis ansiedades y mis prisas genitales, le dedico todo ese tiempo a la mujer en forma de juego erótico previo y adoración en exceso. Cuando finalmente yo estoy más listo que nunca, ella también. Además no causa adicción porque no trabaja en el cerebro. Lo que sí me causa adicción, lo reconozco, son los gemidos de las mujeres alcanzando el orgasmo, cosa que sucede más frecuentemente cuando me la tomo que cuando no.



Soundtrack:

Este episodio se lee mejor si escuchas “Te tomaré una foto”, de Tiziano Ferro. Este CD es muy recomendable.

Escuchar aquí el tema

Siguiente entrega: (12/20) Miranda se desnuda.

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